¿Qué es el Nutriscore?

¿Qué es el Nutriscore?
Alimentación

¿Qué es el Nutriscore?

Nutriscore es un sistema de etiquetado nutricional impreso en el frente del etiquetado de algunos alimentos. Con la ayuda de la escala de letras codificadas por colores del semáforo, los consumidores pueden ver de un vistazo qué tan equilibrado o desequilibrado está un producto alimenticio, especialmente en el caso de productos procesados.

Las tablas de valores nutricionales con información sobre azúcar, grasa, sal o carbohidratos generalmente se encuentran solo en la letra pequeña en la parte posterior del paquete. Por lo tanto, a menudo son difíciles incluso de leer. Además, es difícil comparar la calidad nutricional de diferentes productos. Esto contribuye a la incidencia generalizada de la desnutrición. Los estudios científicos muestran que Nutriscore es la forma más comprensible de etiquetado nutricional, ya que en teoría ayuda a los consumidores a tomar decisiones de compra más transparentes y saludables.

 

Criterios de puntuación de Nutriscore

Para calcular el Nutriscore, los nutrientes favorables, que deben consumirse en abundancia, se comparan con los nutrientes desfavorables, que solo deben consumirse en pequeñas cantidades. La fibra, las proteínas, las frutas y las verduras tienen un efecto positivo, mientras que los ácidos grasos saturados, el azúcar y la sal tienen un efecto negativo. Se pueden comparar fácilmente diferentes tipos de galletas, yogures o limonadas, ya que el Nutriscore se refiere a 100 gramos o 100 mililitros.

El resultado se traduce a una escala de color de cinco niveles, que van desde la A hasta la E. Los productos más equilibrados obtienen una A verde oscuro o verde claro B, en el rango medio hay una C amarilla y los productos más bien desequilibrados como dulces o snacks grasos, obtienen una D naranja o incluso una E roja.

 

¿Qué productos la llevan impresa?

El Nutriscore se aplica sólo a productos procesados envasados, por lo que quedan exentos:

  • Los productos frescos: carne, pescado, frutas, verduras y legumbres.
  • Los productos no procesados que solo tienen un ingrediente en su composición: vinagre, miel.
  • El café, té y las infusiones de hierbas y frutas.
  • Los alimentos suministrados directamente por el fabricante o tiendas de minoristas en pequeñas cantidades (como los platos preparados para llevar).
  • Los alimentos que se venden en envases de menos de 25 cm²: chocolatinas, chucherías, barritas de cereales.
  • Las bebidas alcohólicas.

 

¿De dónde proviene el Nutriscore?

Nutriscore fue propuesto por EREN, un equipo de investigación sobre nutrición pública francés, dirigido por el profesor Serge Hercberg. Se basa en la puntuación nutricional de la FSA creado por la Food Standards Agency del Reino Unido.

 Fue validado por la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (Food Standards Agency, FSA) y en enero de 2017, tras una serie de estudios comparativos con otros sistemas de etiquetado existentes, Francia adoptó su uso, aunque de manera voluntaria. En abril del mismo año, los ministros de Salud, Agricultura y Finanzas de Francia presentaron una notificación a la Comisión Europea para extender su uso a la Unión Europea.

​En 2020, España anunció que Nutriscore entraría en vigor el primer cuatrimestre de 2021.

 

Polémica en su implantación

Nutricionistas y expertos españoles en alimentación no tardaron en cargar contra el nuevo sistema de etiquetado frontal Nutriscore.

Estos expertos aseguraron en su día que se trataba de una buena idea, pero que debía pulirse para solucionar algunos problemas que estaba dando, como la mala nota que otorga al aceite de oliva y la buena puntuación que sin embargo concedía a un conocido refresco «zero».

Según la FESNAD La Federación Española de Sociedades de Nutrición Alimentación y Dietética), no considera el grado de procesamiento de los alimentos, ni la calidad ni procedencia de la proteína de los mismos.

Además, tampoco diferencia entre la cantidad y la calidad de la grasa presente, como los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, ni considera el valor esencial de minerales, vitaminas, ni de otros compuestos bioactivos con funciones fisiológicas, imprescindibles para una buena nutrición.

Otro inconveniente es que no valora la cantidad de nutrientes en su conjunto, sino sólo de los ingredientes por separado. Tampoco mide las necesidades concretas de determinados grupos de población con carencias nutricionales.

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¿Podemos guiarnos por el etiquetado Nutriscore?

Aunque el Nutriscore puede orientarnos a la hora de optar por uno u otro envasado, una cesta repleta de productos con etiqueta ‘verde’ no es la solución más recomendada. Y es que los procesados no deben sustituir nunca a los frescos.

Y como se argumenta más en profundidad en este artículo: «El algoritmo de Nutriscore se ha diseñado para asignar colores y niveles en base a una puntuación que se calcula en función de la cantidad o proporción de ciertos nutrientes, ingredientes y características: se evalúa positivamente la presencia de frutas y verduras, fibra y proteínas y negativamente la presencia de azúcares, grasas saturadas y sal, así como las calorías. Sin embargo, algunos de los rangos establecidos para estas variables son bastante discutibles, ya que son muy tolerantes con nutrientes poco recomendados y demasiado generosos con nutrientes a promover».

Así, que aunque en principio parece una herramienta útil, muchos expertos aseguran que hay que «cogerla con pinzas» y seguir consumiendo estos procesados de manera esporádica.

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¿Es Nutriscore obligatorio en España?

Nutriscore no es obligatorio en España.

La Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados de España pidió en abril del 2022 que la aplicación del sistema de etiquetado Nutriscore siga siendo voluntaria en España hasta que se alcance un acuerdo en el seno de la Unión Europea (UE).

En España hay empresas que muestran su nota de Nutri-Score en sus productos, como los supermercados Eroski, Caprabo, Carrefour, Alcampo, Lidl o Aldi o las marcas Danone y Nestlé, que son partidarias de su aplicación. Dado que no hay una regulación, las empresas pueden decidir ponerlo en algunos productos y no hacerlo en otros (los más insanos). Consumo defiende que, si se regulara, las empresas que decidieran usarlo tendrían que ponerlo en todos sus productos. Además, no se está planteando que este etiquetado sea obligatorio, algo que solo podría decidir la Comisión, por lo que las empresas siempre pueden optar por no ponerlo

 

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