Dieta frugívora – Frugívoros – Peligros
Los frugívoros siguen una alimentación en la cuál consumen aproximadamente un 70/75% de frutas crudas. El otro 25/30% se compone básicamente de verduras que han sido clasificados como frutas como los pepinos, aguacates o tomates. En esta dieta también también tienen cabida frutos secos y semillas, pero cereales y legumbres son desechadas. Por supuesto no hay productos o subproductos animales incluidos.
Sería básicamente una derivación estricta del vegetarianismo que basa la dieta en el consumo de frutas y las razones para seguir esta dieta son variadas. Algunos frugívoros desean, como los jainistas , evitar matar cualquier ser vivo, incluidas las plantas, Para otros, la motivación proviene de una fijación en un pasado utópico, su deseo es regresar a un pasado donde los humanos eran simplemente recolectores. Otra motivación común es el deseo de eliminar la toxicidad percibida dentro del cuerpo y buscar simplemente una mejora de la salud. Para unos pocos sin embargo, el atractivo de una dieta frugívora proviene del desafío que ofrece la naturaleza restrictiva de esta dieta.
Problemas en el frugivorismo
Las dietas basadas en plantas bien planificadas, son éticas y beneficiosas para la salud y el medio ambiente. Así lo han afirmado ya muchas asociaciones de dietistas en todo el mundo. Estas dietas aportan todos los nutrientes necesarios en todas las etapas de la vida, pudiendo suplementarse con B12.
Dietas como la ovolactovegetariana o la vegana, si se aplican bien no deberían de acarrearnos ningún tipo de problema de salud. Pero, lo que no se puede negar es que una dieta a base de frutas, tal y como muchos frugívoros la entienden, dispara los niveles de glucosa en sangre, ocasionando así problemas importantes en el control de la diabetes y en la formación de grasas. En este caso las células no pueden quemar del modo correcto toda la glucosa, “el metabolismo la transforma en grasa”, como recoge la Guía de Alimentación y Salud publicada por la facultad de Ciencias, Nutrición y Dietética de la UNED. Lo más peligroso es que, más tarde, toda la insulina que se segrega puede provocar que el azúcar abandone la corriente sanguínea cayendo por debajo de los índices normales, hasta generar un estado de hipoglucemia. Además, el exceso de fructosa causa trastornos en el metabolismo.
Este tipo de veganismo puede llegar a ser perjudicial, como bien ha explicado hace poco el profesor de biología y ciencias biomédicas James Brown, de la Universidad de Aston, en The Conversation. La mayor parte frutas se consideran saludables y con elevada densidad nutricional, pero un consumo único y específico de este grupo alimentario, obviando el resto, trae consecuencias importantes: déficit de proteínas, hierro, calcio, zinc y ácidos grasos omega-3.
En este artículo de Vice, Lisa DeFazio, dietista certificada, autora de libros de cocina y experta en salud afirma: «los frutarianos a menudo presentan niveles bajos de calcio, yodo y ácidos grasos omega-3, lo que puede desembocar en anemia, fatiga y debilitamiento del sistema inmune«. Y prosigue: «cuando eliminas vitaminas, grasas y proteínas, tu cuerpo entra en modo inanición, lo que ralentiza el metabolismo para conservar la energía».
Mi salud mejoró en medida que aumentaban las frutas y otros alimentos disminuían, así que me importa poco la opinion de «expertos» que probablemente sean adictos al vicio de la carne y lácteos y no les gusta reconocer que cuando ya no se está en proceso de crecimiento no es una necesidad básica para el cuerpo humano. y han destrozado el planeta y generado pobreza por su modo de alimentarse en contra de la naturaleza del planeta y del propio cuerpo. Sobre lo que dice Lisa Defazio no tiene sentido porque frugívoros toman por ejemplo frutos secos, BROTES, aceite oliva etc que tienen más cantidad de calcio, yodo y ácidos grasos omega-3, que la comida basura sangrienta.